Las mejores brasseries de parís

En el país de las maravillas gastronómicas, precisamente en la ciudad del amor, seleccionar las mejores brasseries de París es un ejercicio bastante difícil.

La comida es el factor número uno a tener en cuenta, pero no se puede ignorar la calidad del ambiente y del decoro.

¡Esta es mi selección de las mejores brasseries de París!

El Café Marly, una vista pintoresca de la pirámide de cristal del Louvre

Esta es claramente una de mis direcciones favoritas y seguramente una de las brasseries más apreciadas en la ciudad del amor.

Una gema oculta que es bastante adictiva. Un equilibrio perfecto entre una brasería tradicional parisina y un café literario. Situada en el Louvre, esta dirección combina cultura y lujo. Aquí la comida es refinada y elaborada. Espléndidos cócteles en terraza con una vista impresionante de la pirámide de cristal del Louvre. En el interior se pueden saborear la carne y el pescado a la parrilla con vistas a las esculturas de la Cour Napoléon del Museo del Louvre.

Le Train Bleu, la parada antes de salir para Lyon, otra ciudad gastronómica

Le Train Bleu ofrece a los clientes y viajeros parisinos una nueva interpretación del tradicional buffet de la estación, que une la cocina tradicional francesa con las delicias gourmet.

Ingredientes de alta calidad y cocina de temporada. Disfrutarás de salsas, guisos, diferentes caldos. El restaurante ofrece un verdadero espectáculo con platos flambeados y carnes talladas con precisión y cuidado. Date prisa y descubre una de las auténticas brasseries de París.

El Café Bonaparte, un lugar tranquilo, lejos de la avalancha de turistas

A un tiro de piedra de los más famosos Lipp, les Deux Magots y el Café de Flore, este lindo lugar es una de las mejores brasseries de París.

Con una hermosa vista de la plaza y la iglesia de St Germain des Près, puedes disfrutar de la bonita comida de bistro con opciones vegetarianas. Un lugar perfecto para un rápido almuerzo germanopratino.

Bofinger, el lugar para comer como un alsaciano

Establecido en 1864 por el alsaciano Frédéric Bofinger, este lugar marcará la historia de la capital francesa. Ese año, los parisinos descubrieron por primera vez la cerveza de barril.

En un marco histórico excepcional, se pueden degustar especialidades alsacianas como el Baeckoeffe de pescado, el Kougloff y el soufflé Grand Marnier. También puede probar una gran variedad de chucrut tradicional.

Le Procope, el café más antiguo de París

En el corazón del mítico barrio de St Germain des Près, establecido desde 1686. Es un lugar histórico donde se reunían intelectuales y escritores como Rousseau, Diderot, Verlaine… Le Procope ofrece una cocina burguesa tradicional con platos fuertes como el coq au vin, tête de veau, Joue de Boeuf estofado, Mille-feuille casero y por último, pero no menos importante, el Procopio Tiramisù. El cercano pasaje pavimentado, el Cours du Commerce St Antoine, también merece una parada.

Todo esto hace de esta dirección una de las mejores brasserias de París.

Le Moulin de Galette, una dirección turística y sin embargo deliciosa

El lugar es ciertamente turístico pero seguramente merece una parada. Situado en el corazón del pintoresco barrio de Montmartre, el espíritu de la guinguette aún permanece aquí. Moulin Blute-Fin (construido en 1622) y Moulin Radet (construido en 1717), unidos en 1834, se convirtieron así en un lugar de ocio para el Tout-Paris. El ambiente festivo que le dieron los preservó de la destrucción. El Moulin de la Galette es una referencia en la historia de la pintura (Renoir, Toulouse Lautrec, Van Gogh, Picasso), convirtiéndose en un mito. Hoy en día se pueden degustar sabrosos platos franceses tradicionales. La leyenda del lugar y la fresca comida casera hacen de este lugar una buena elección para mí y una de las brasseries preferidas de la ciudad.